Esta es una publicación realizada con el apoyo de: PCIN
Durante las últimas semana de noviembre de 2025, las redes sociales de instancias estatales como el Instituto de Turismo (INTUR) y medios oficialistas dan cuenta de las actividades de conmemoración del 20 aniversario del Güegüense, después de que la UNESCO lo inscribió como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad (Noviembre de 2005).
Las imágenes captadas durante el 10mo. “Festival del Güegüense”, realizado el 22 de noviembre en Diriamba como parte de las actividades de conmemoración, son claras evidencias de la presencia de la bandera roja y negra del partido del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Una presencia que se captó en fotografías y que se explicó políticamente en los discursos de las autoridades públicas, como el de Mara Stotti, codirectora de Intur, quién dejó claro a Diriamba que la actividad de conmemoración se da gracias al “Comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo”.
“Es parte de esa política que ha venido impulsando nuestro Comandante Daniel y la compañera Rosario Murillo, donde nos hace sentir ese amor y ese orgullo por todo aquello que nos identifica, y el Festival El Güegüense es muestra de ese festejo de identidad y cultura […] el Buen Gobierno ha venido impulsando esa política en el rescate y promoción de nuestra cultura e identidad, no solo del Güegüense, sino también de todo aquello que nos caracteriza y nos distingue y tratamos de transmitirlo a todos los visitantes que llegan a Nicaragua”. Mara Stotti. Co directora del Instituto de Turismo.
«Pañoletas rojo y negras: lo que capta el lente fotográfico del régimen sandinista»
Galería no.1(INTUR)
La lisonja en el discurso de Stotti es la clara evidencia de cómo la cultura y sus símbolos patrimoniales, poco a poco se convierten en parte de un discurso político partidario que busca la apropiación cultural como estrategia de control social, explicó bajo anonimato un literato y catedrático universitario consultado por Galería News.
Por su parte, Rosario Murillo refirió durante uno de sus diarios discursos meridianos “El aniversario de haber sido declarado por la Unesco El Güegüense Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 16 años, fue el 25 de noviembre del 2005. Todos contentos celebramos precisamente nuestra identidad nacional, nuestra raza que sabe de luchas y sabe de honor, que sabe de triunfos, que sabe de trabajo, que sabe de trabajo y paz» esta es la prueba de una deslucida, imprecisa y escueta referencia que Murillo hizo sobre el aniversario del Güegüense dentro de una serie de anuncios parroquiales sobre actividades de municipales, una evidencia más del interés meramente político que Murillo expresa frente a los símbolos culturales nicaragüenses.
Para Galería News, entonces se abre un debate digno de artistas, antropólogos y portadores de tradición uno que no está a la orden del día pero que como periodistas ponemos en el tapete: ¿estamos frente a un verdadero esfuerzo de salvaguardia o ante una instrumentalización político-partidaria de uno de los símbolos más antiguos y críticos de la cultura popular nicaragüense?
Un hecho para evaluar: las tretas de una co gobernadora Tastuanes
Desde 2008 y desde el “Consejo de Comunicación y Ciudadanía”, Murillo se ha impuesto e infiltrado sus tentáculos en la educación, el arte y la cultura con el objetivo de posicionar el discurso político de una dictadura.
Murillo ha integrado activamente símbolos folclóricos y religiosos en su narrativa oficial: el Torovenado, las purísimas, los altares, las fiestas patronales a nivel nacional y el propio Güegüense, se han convertido en los objetivos de una operación simbólica disfrazada en el “rescate y la promoción cultural”; para artistas críticos consultados bajo anonimato, este es “un proceso de cooptación que subordina la cultura a la propaganda estatal contaminando el arte al politizarse”.

En un país donde la cultura ha sido integrada al discurso oficialista como herramienta de cohesión partidaria, la situación del Güegüense como símbolo literario y cultural, no es cosa menor.
A lo largo de 17 años de régimen sandinista, el Ministerio de Cultura, el Instituto Nicaragüense de Turismo (INTUR), las alcaldías y los medios oficialistas han promovido símbolos folclóricos y religiosos en desfiles, ferias y festivales. No obstante, artistas independientes han denunciado exclusiones, centralización política y uso de imágenes culturales tradicionales en actos partidarios del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Pero en el 20º aniversario del Güegüense, oficialmente, no sólo se presenta una celebración cultural, sino la evidencia histórica que desde 2007 indica que el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha integrado símbolos patrimoniales en su aparato ideológico y de comunicación.
Con estos antecedentes desde Galería News prestamos atención a los actos de conmemoración del vigésimo aniversario del Güegüense como Patrimonio oral e inmaterial de la humanidad y destacamos dos hechos:
Hecho 1. «Antecedentes peligrosos: Decretos vienen y decretos van sobre el Güegüense«
En 2020 desde la Asamblea Nacional y en plena crisis sociopolítica, el FSLN, amplió el decreto legislativo a.n. n°. 4456, aprobado en Asamblea durante el gobierno del ingeniero Enrique Bolaños (2002 – 2007), mismo que declaraba al Güegüense como patrimonio histórico cultural de la nación y a Diriamba como su ciudad cuna, luego del nombramiento de la UNESCO.
Una medida que se alineaba con la estrategia diseñada por Rosario Murillo en 2008, cuando ocupaba el cargo de “Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía”, y desde donde estableció un discurso de centralización desde la idea de “un poder ciudadano” que “intervenía democráticamente en las decisiones del Estado de Nicaragua” explica uno de los abogados entrevistados.

La ampliación dio origen al decreto ejecutivo n°. 103-2007: decreto creador del Consejo Nacional del Poder Ciudadano para la protección y conservación de El Güegüense.


Un decreto que en su artículo 1, asigna como coordinadora de este Consejo a la misma Rosario Murillo, en su calidad de Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de Nicaragua, una asignación que existe en decreto pero que nunca fue anunciada públicamente, una arbitrariedad dada la importancia del Consejo que tiene como fin resguardar y preservar uno de los patrimonios culturales más importantes del país a nivel internacional: El Güegüense.
El nombramiento de Murillo, no sólo, no fue público, en el decreto a Murillo, en su calidad de “coordinadora del consejo”, se subordinan el Ministro de Educación, la Codirectora o Codirector General y Administrativo del Instituto Nicaragüense de Turismo, el Codirector General del Instituto Nicaragüense de Cultura, el alcalde del Municipio de Diriamba, el párroco de la Basílica Menor de San Sebastián de la ciudad de Diriamba y los antiguos portadores de la tradición: señores José López, Pablo Gutiérrez, Carlos Sotelo, José Flores, Marco Antonio Putoy, los únicos que además de Rosario Murillo, son nombrados directamente dentro del decreto.
Este artículo designa en su totalidad a 17 grupos representativos vinculados con los estudios del Güegüense y su tradición, los mismo que serán designados únicamente por el presidente de la República, señala el artículo 1.
Un detallito: dentro del mismo artículo se designa como parte de este Consejo al Secretario Permanente de la Comisión Nicaragüense de Cooperación con la UNESCO, sin embargo, aún no se explica que va a pasar con el consejo cuando se haga efectivo el retiro de Nicaragua de la Unesco el próximo 31 de diciembre de 2026.

Un retiro que la misma Rosario Murillo anunció públicamente en mayo de 2025, como protesta por el premio a la libertad de prensa que dicha instancia otorgó al periódico La Prensa, calificado por la dictadura sandinista como opositor y “antipatria».
Rosario Murillo, como coordinadora del Consejo Nacional del Poder Ciudadano para la protección y conservación de El Güegüense, no da explicaciones al respecto, nunca ha presentado formalmente a las personas que lo integran y tampoco se ha presentado públicamente como “coordinadora” del mismo. Este consejo pareciera ser un secreto para la ciudadanía.

Rosario Murillo, como coordinadora del Consejo Nacional del Poder Ciudadano para la protección y conservación de El Güegüense, no da explicaciones al respecto, nunca ha presentado formalmente a las personas que lo integran y tampoco se ha presentado públicamente como “coordinadora” del mismo. Este consejo pareciera ser un secreto para la ciudadanía.
Este decreto señala, además, en su artículo 4, la creación de un Plan de Acción para la conservación de El Güegüense, este ha quedado en el papel a 5 años de su mandato, aún no se presenta al público y al rastrear en el sitio web del Instituto Nicaragüense de Cultura, no aparece ninguna información sobre el plan.

A pesar de la falta de información sobre el Plan de Acción, sobre las personas que conforman el Consejo, lo único que queda claro es que “El Consejo Nacional del Poder Ciudadano para la Protección y Conservación de El Güegüense, elaborará su propio estatuto y normativa de funcionamiento” (Artículo 5). Un funcionamiento que puede quedar definido por la misma Murillo pues es quien lo preside.
Hecho 2. «Diriamba: una silenciosa defensa cultural entre chirimías, cajas, tambores, violines y guitarras«
“Las prácticas estatales sugieren una tendencia de: centralización, control estético, selección política de participantes, y producción de mensajes culturales con una fuerte impronta gubernamental” nos explica una de las literatas consultadas bajo anonimato.

Y ante esta realidad, la ciudadanía diriambina como si aplicara las reglas del Güegüense lucha para preservar esta tradición: “»¡Válgame Dios, Señor Gobernador Tastuanes! No seamos tontos. Seamos amigos y negociemos mis hermosuras.»
En este 2025, el Güegüense salió a bailar una vez más en las ventosas calles diriambinas, decenas de jóvenes estudiantes y bailantes tradicionales salieron ataviados de máscaras y coloridos vestuarios, sin embargo hay nerviosismo en Diriamba y en su ciudadanía protectora de la obra.
Diriamba salió a bailar, aunque para ello, debían participar en las actividades impuestas por un gobierno autoritario, uno casi colonial muy parecido al que una vez se enfrentó el Güegüense para sobrevivir como comerciante e indígena mestizo.
“Es mejor no decir nada abiertamente, mejor nos callamos, para preservar la tradición y que no nos la quiten” dice una ciudadana en una llamada informal “lo que importa es que no nos impidan salir a bailar y que los niños y adolescentes sepan por qué nos llaman la cuna del Güegüense”.
Aunque no es un gran centro urbano, Diriamba ha tenido un rol político notable por varias razones, una de ellas, son sus manifestaciones culturales, en este sentido el Güegüense por excelencia, “porque en la idiosincrasia nicaragüense ha funcionado como un espacio simbólico de crítica a la corrupción y al abuso de poder, un legado que ha permeado la cultura política nacional”, explica nuestra crítica literaria consultada “una ironía en un contexto de dictadura en donde el símbolo cultural en disputa deslegitima todo poder opresor, que abusa del pueblo respaldado en un sistema de gobierno autoritario y corrupto”.
Una huella que hace de la obra una pieza trascendental para nuestra cultura, y un símbolo que no pasa desapercibido ante los intereses partidarios del FSLN, en julio de 2023, se publicó digitalmente una nueva edición del libro El Güegüense, Obra Maestra del Teatro Popular y Mestizo de Mesoamérica.
El libro, que incluye el manuscrito de Walter Lehmann y una versión contemporánea de Carlos Mántica, fue editado por el MINED con ilustraciones de Wilmor López y comentarios de Jaime Eduardo Arellano, secretario de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, este último declaró ante medios de comunicación oficialistas que “esta es la publicación más completa que se ha hecho sobre el Güegüense” pero otros literatos consultados por Galería News señalan, que aunque el texto pueda estar completo “está contaminado” pues su portada muestra las consignas publicitarias del gobierno en el poder, además de los colores utilizados generalmente en actividades políticas, “entonces se mezcla el sentido de propaganda política”.
Entre baderas roji negras Wilmor López y
Galería 2: (Archivo Mined 2023)
Jorge Eduardo Arellano presentaron
el libro: El Güegüense, Obra Maestra del Teatro Popular y Mestizo de Mesoamérica
Para las personas amantes del Güegüense, los intereses partidarios son claros y el personaje folclórico parece se ser un objeto en disputa, uno que, la ciudadanía de Diriamba, intenta proteger desde las reglas del Güegüense, bailar para sobrevivir hasta que los co gobernadores Tastuanes de turno salgan del poder”
"Dios guarde a los Señores Principales que ya no gozarán de sus sones y robos, andanzas y mudanzas, velancicos y charlatanerías"
(Alguacil Mayor. El Güegüense).
Galería no.3: Archivo memoria "Cuando el Güegüense bailaba sin la sombra de las pañoletas roji - negras"|©Óscar Navarrete
ACOTACIÓN: Para esta publicación Galería News contactó a seis fuentes, dentro y fuera de Nicaragua, todas solicitaron el anonimato y ser parafraseadas como una estrategia de protección para ellas y sus familias ante las represalias y agresiones del Estado. #LibertadDeExpresión

















